“Cuando hablamos de los demás en realidad lo estamos haciendo de nosotros mismos”.
Cuando leí por primera vez este concepto me sonó equivocado, …¿Cómo podría ser que fuera imposible hablar y opinar sobre el otro?
Sin embargo al prestarME atención en este tema tomé conciencia de lo cierto que es!
Cuando escuchamos y observamos al otro, inevitablemente lo observado y escuchado pasa por nuestra mente: lo que nos enseñaron, lo que aprendimos, lo que somos; entonces INTERPRETAMOS toda la información, y finalmente armamos nuestra opinión de esa persona, que muy poco tendrá que ver con la persona misma!!
Sólo podemos armar una opinión sobre lo que nos es conocido, es sencillamente imposible hablar y opinar (¡con fundamento!) sobre lo desconocido.
Así que, si apenas nos conocemos a nosotros mismos, ¿Cómo podríamos opinar sobre el otro???
Pero como de cualquier forma muchas veces nos resulta inevitable emitir una opinión sobre alguien; resulta muy productivo y positivo estar conciente y atento a nuestra opinión, prestar real atención a lo que decimos; porque lo que digamos del otro será la expresión de lo que creemos de nosotros mismos!!!
Lo que nos causa una sensación de aceptación hacia el alguien es lo que nos gusta de nosotros. Y lo que nos desagrada y/o enoja de alguien es sin duda lo que nos desagrada de nosotros mismos (aunque ni siquiera seamos concientes de que somos así)
Cada vez que criticamos estamos manifestando lo que nos fastidia de nosotros mismos, lo que no queremos aceptar que somos, o lo que tenemos miedo de ser.
Y solamente aceptando esta situación desaparecerá la crítica de nuestros labios; y no solamente le permitiremos al otro ser como quiera ser, sino que NOS PERMITIREMOS a nosotros mismos ser como queremos.
Valeria
